sábado, 7 de diciembre de 2013

¡¡ AY QUE PENA...MORENA !!

¡¡ AY QUE PENA...MORENA !!


Esa misma frase es la que llevo escuchando trece noches seguidas sin descanso...

Todas las enfermedades son malas, de eso no me cabe duda, pero hay algunas que acaban con la integridad de las personas y te degradan a lo más ínfimo del ser humano.

Cuando yo la conocí era una mujer de esas que pueden con todo; se quedaba con mis hijos cuando yo tenia cosas que hacer, jugaba con ellos y les hacía vestidos, chaquetas de lana y muchas cosas más.
Nunca tuvo hijos y para ella todos los de sus sobrinos eran los suyos.

Pero un día todo esto empezó a cambiar; se le olvidaban las cosas, estaba distraída...,hasta que por fin llegó el momento del diagnóstico que todos nos imaginábamos pero que ninguno se atrevía a nombrar...ALZHEIMER.

Es horrible ver cómo la persona que tú conoces y quieres se va perdiendo poco a poco en un mundo que no existe, un mundo imaginario en el que se va sumergiendo poco a poco y que por mucho que lo intentes no consigues rescatarla, hasta que al final se queda en él.
Muy despacio se va paralizando la vida y la enfermedad va tomando muy despacio, lentamente y en silencio, las letras mayúsculas con las que la escribo; pero dentro de este laberinto de pensamientos, de vez en cuando, y muy de vez en cuando, aparece un pequeñísimo atisbo de claridad en su mente, lo suficiente para seguir viendo en ella lo que en un tiempo fué y ya nunca será.

Momentos de delirio, nerviosismo, incoherencias, agresividad..., pero a veces, cuando me mira, aún la veo, en el fondo de sus pupilas, en lo mas oscuro de sus ojos, allí donde solo ella puede llegar.
Unos ojos que pronto cerrará para no abrirlos más...


Un beso muy grande y gracias, Marcelina